Hace ya bastantes años que la palabra «gay» se hizo un hueco entre el vocabulario de los hispanohablantes. La RAE, por su parte, la aceptó en su DRAE en la edición del 2001. Como todos sabemos, «gay» significa: “Dicho de una persona, especialmente de un hombre: homosexual” (DRAE).
Este término entró al español a través del inglés gay, del que se ha copiado por completo la grafía en español. A su vez, los ingleses lo tomaron alrededor del siglo XII de los franceses, para los cuales el adjetivo gai significaba simplemente ‘alegre’, ‘despreocupado’, etc.
Remontándonos más atrás en el tiempo, los franceses recibieron esta palabra por influjos de Provenza, donde seguramente el sustantivo latino gaudium ‘gozo’ se corrompería y acabaría siendo un adjetivo con la forma gai y con el significado que ya hemos dicho: ‘alegre’, ‘despreocupado’…
Cabe destacar que esta palabra, antes de tomarla del inglés, ya estaba en el léxico español con la forma «gayo, -a»: ‘alegre, vistoso’, un adjetivo casi en desuso en la actualidad y que prácticamente solo se emplea en expresiones fosilizadas como «gaya ciencia» y «gaya doctrina».
Pues bien, poco a poco, los ingleses fueron cambiando el significado de la palabra hasta el significado actual de ‘homosexual’, seguramente por un eufemismo similar al que tenemos en español: chico de vida alegre → chico de vida gay → chico gay → gay.
Una vez que tenemos clara la etimología de la palabra, habría que hacer mención a la formación del plural de esta palabra. En primer lugar cabe destacar que, en español, debe usarse la forma plural cuando corresponde, igual que con cualquier otro sustantivo o adjetivo, es decir, un gay, dos gais, tres gais… y una persona gay, dos personas gais, tres personas gais…
Y ahora viene el error que comete el 99 % de hispanohablantes. El plural de «gay» es «gais», con ‹i› latina, y no con ‹y›, igual que el de «jersey» es «jerséis». ¿Por qué? Es bien simple: el español es una lengua con una escritura muy pegada a la fonética, al contrario que otras lenguas como el inglés, por lo que, si escribiéramos *‹gays›, deberíamos pronunciar la ‹y› como [ʝ], es decir, deberíamos decir como con «gallos» (sin la o, claro), ya que la ‹y› seguida de otra letra se pronuncia como [ʝ].
Ahora bien, si pronuncias [gai] o [gei] ya es cosa tuya: ambas pronunciaciones están admitidas por la RAE.
«Sobre la palabra “gay”: etimología y plural», de delcastellano.com
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